MysticEssence
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El Cielo, la Tierra y el Infierno separados por barreras para mantener una armonía. Pero estas barreras se ven afectadas, destruyéndose y dando origen al caos total. Ahora se verá cuál es el futuro que le espera al planeta.
 
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 Perdidos En Ojos Blancos - Naruto

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Teiko
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Teiko


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MensajeTema: Perdidos En Ojos Blancos - Naruto   Perdidos En Ojos Blancos - Naruto EmptyMar Dic 30, 2008 2:56 pm

Perdidos En Ojos Blancos.

Capítulo 1:¡Primer día de Clases!


Sonó el despertador, Hinata estaba nerviosa. Pronto comenzaría un nuevo periodo escolar, en un nuevo instituto. Por fin pasaba a primer año de secundaria, finalmente estaría en el mismo edificio que aquel rubio que le encantaba.

Hacía dos años que lo miraba desde lejos. Aquel chico era bastante solitario, pero ella podía apreciar en él una gran personalidad. Era alegre, enérgico, optimista; nadie parecía notar sus virtudes, todos lo criticaban y discriminaban por haber sido abandonado por sus padres, por ser muy impulsivo y hablar en momentos pocos apropiados.

Apagó el despertador y se sentó en la cama, se giró hacia la derecha y apoyó sus pies en el suelo, para luego desperezarse y levantarse. Se acercó al ropero y de allí sacó su nuevo uniforme. No pudo evitar quedarse mirándolo, aún le costaba hacerse la idea que estaría en el mismo lugar que el joven que amaba.

Recordó cómo hacía tres meses, Tenten, su mejor amiga, le había contado que había visto al chico rondando su instituto, como investigándolo. Ella cursaba, en ese tiempo, primer año de secundaria. Hinata nunca había sido como las otras chicas, no perseguía a los chicos que le gustaban. Era de admirarlos de lejos y lamentarse siempre el hecho de no tener suficiente personalidad como para enfrentar sus sentimientos. Pero ya no quería escapar, por lo que se decidió a inscribirse en el instituto Konoha, y si se le daba la oportunidad, hablar con su chico.

Pero ahora que al fin estaba en el mismo colegio, ahora que se verían en los mismos pasillos, ahora que compartirían su tiempo de almorzar… Comenzaba a sentirse insegura, y se arrepentía de haberse inscrito en aquella escuela. Se desabrochó el pijama y comenzó a cambiárselo por el uniforme verde oscuro y blanco del colegio.

Bajó a desayunar. En la mesa, como siempre sólo se encontraba su plato de comida y un vaso de jugo. Otra vez un desayuno solitario. Comió tan rápido como pudo, cogió sus libros y salió corriendo de su casa. Al aproximarse al colegio, su amiga de cabello castaño recogido en dos tomates, Tenten, se acercó a ella para entrar juntas. Tantas cosas que hablar, tantas dudas que aclarar… Las chicas hablaban sin prestar atención a su alrededor, con mayor razón Hinata, que siempre fue bastante distraída.

Entraron al establecimiento, y se dirigieron al salón en donde se realizaría la ceremonia de bienvenida. Filas y filas de alumnos, todos desconocidos para ella… Hasta que vio a ese rubio de pie, entre otros chicos más altos que él. El poco de coraje que le quedaba se esfumó en ese instante.

Hinata entró a su nueva clase, la 1B. Buscó por cada rincón del salón, buscando por la cara del bajito rubio que tanto quería, pero no lo encontraba. Estaba tan nerviosa que no se le ocurrió revisar si él estaba en su misma clase, y por lo visto, no lo estaba. Se ubicó en un asiento, y esperó tranquilamente la llegada del profesor, mientras sus compañeros conversaban haciendo bastante desorden.

-No creí que alguien se quedara así de callado el primer día de clases –Dijo un chico detrás de ella – ¡Hola! Mi nombre es Kiba. Inuzuka Kiba –Le dio la mano al momento en que la chica se volteó para verlo.

–H-Hai… Atachi wa Hinata… Hyuga Hinata…

–Vamos, no seas tímida. ¿De qué escuela vienes? Yo vengo de la Hikaruko, pero no es muy común…

–V-vengo de la Eitoku Gakuen. – (N/A: ¡sí!, ¡La misma escuela a la q va el F4 de HYD!;D)

– ¡¿La Eitoku Gakuen?! ¿Y por qué te cambiaste a esta escuela estatal?

–Es que… no me sentía cómoda allí… esa gente es muy extraña…

–En todo caso…

La puerta del salón se abrió para dar paso a la profesora asesora de la clase: Yuuhi Kurenai. Su cabello ondeaba mientras la joven maestra caminaba hacia su mesa. Obviamente, el sonido de sus pisadas era acompañado por el de silbidos coquetos por parte de los hombres, que lo hacían sin creer que esa “belleza” fuera peligrosa. Manteniendo sus facciones relajadas, levanta con su mano derecha su bolso, lo deja caer estruendosamente sobre la mesa, provocando silencio absoluto. Luego lo abre, soltando una sonrisa macabra, y saca de su interior una regla de madera de unos 40 cm.

– ¿Alguien más tiene un comentario que hacer? –Dijo, levantando el alargado instrumento de forma amenazante.

El silencio abundó en la sala, hasta que la joven de ojos blancos soltó una tímida risita, relajando el ambiente. La profesora bajó el arma mortal (N/A: jajaja ya me la imagino matando a alguien con una regla de casi medio metro XD) y soltó una carcajada que más que asustar a sus alumnos, los dejo medios sordos.

–Je… Bueno, mi nombre es Yuuhi Kurenai, soy profesora de Lengua, y seré su profesora asesora. Espero que nos llevemos bien, y que no los haya asustado con esta presentación que estuve planeando desde hace semanas… ¡quería recibir a mi primer curso de forma original! Aunque no me esperaba ese recibimiento por parte de los varones… Me ayudó bastante n.n

Entonces, ahora quiero que, de a uno, se vayan presentando. Empecemos por la primera fila de la izquierda.

Poco a poco, los alumnos dieron sus nombres y otros datos de casi nula relevancia. Entre ellos, se encontraban: Inuzuka Kiba, Aburame Shino, Sabaku no Gaara, Yakushi Kabuto (al parecer, repetía curso por tercer año consecutivo), Tayuya y los gemelos Sakon y Ukon. El turno de Hinata llegó, y ésta se puso de pie torpemente.

–O-Ohayo, mi nombre es H-Hyuga Hinata, vengo del Eitoku Gakuen. Esp-pero llevarme bien con todos –Tomó asiento la tímida joven, dando lugar a los murmullos por parte de sus nuevos compañeros de clase; todos, menos Kiba, claro.

Sonó la campana, marcando el término de la primera clase. Hinata se dirigió al salón de la clase 2C, la clase de Tenten. Pasó por el frente de la sala del 1A, encontrándose justo cara a cara con aquel rubio que tanto admiraba, pero que aún no había tenido la oportunidad de ni siquiera preguntar su nombre. Sus piernas comenzaron a fallarle, pero él no se dio ni cuenta de que la chica reaccionaba así; sólo se quedó mirando largo tiempo esos poco comunes ojos, para luego sonreír y seguir con su camino. La Hyuga pasó de pálida a irradiar luz de lo colorada que estaba. ¡Ése rubio le había sonreído! ¡Sólo a ella! Antes que pudiera perder la conciencia, una voz la llamó a lo lejos.

– ¡Hinata-chan! –Se acercó a la joven media desmayada, tomándola de los hombros –Me costó tanto encontrarte… Etto… Quería presentarte a aquel chico del que te había hablado… bueno... él… Le hablé de ti y quiere pedirte que seas la representante del equipo de basquetbol…

– ¡Hola! Mucho gusto, soy el novio de Tenten. –De detrás de la espalda de la chica, aparece el chico, haciendo sonrojar a la morena.

–Mucho gust… ¡¿Eh?! Tenten… no me habías contado que… bueno, estaban saliendo…

–Je… quería que fuera una sorpresa… –Dice, mientras comienza a jugar con sus dedos tímidamente al “estilo Hinata”.

– ¡No te pongas así! ¡Ah! ¡Kawaii! –El chico se abalanza sobre Tenten y la abraza mientras le da besos en las mejillas. Hinata retrocedió de inmediato, por asco, vergüenza y miedo…

–Ya para… Vas a hacer que me sonroje –El chico la suelta, y se forma el silencio. – ¡Ah! ¡No los he presentado! Hinata, él es Rock Lee; Lee, ella es Hinata.

–Etto… creo que sería mejor que me vaya…

–Espera.

–¿…?

–Te nos unirás, ¿verdad? Sé que es muy temprano para pedírtelo, pero nuestra representante del año pasado ya salió del colegio, y prefiero que nos aseguremos con alguien que pueda estar más tiempo con nosotros y que sea de confianza… ¿Y bien?

–Eh… Lo pensaré… Arigatou Gozaimasu, por la propuesta. Ahora, con su permiso, me tengo que… me tengo que retirar –Agachó la mirada en forma de disculpa y salió corriendo.

Estaba asombrada. Cuando su amiga le contó que le atraía un chico, nunca pensó que sería tan… tan… ¿cómo decirlo? Tan… extraño. Ella creyó ilusamente que su amiga se enamoraría de alguien más atractivo (N/A: o menos raro xD), aun que no podía negar que se veía feliz… ¡Pero eso no era lo que se esperaba!

Terminó su primer día, todos los alumnos salían del edificio desordenadamente, y se juntaban en grupos para volver a sus casas. Hinata tenía pensado volver con Tenten a su casa, pero en la entrada del colegio la esperaba su extraño novio: tendría que volver sola a su casa. Resignada, caminó en dirección a su hogar, recordando su primer “interacción” con su rubio (N/A: q, insisto, aún no sabe su nombre) y reviviendo una y otra vez la escena de su sonrisa.

– ¡Oe! ¡Hey, tú! –Hinata sentía como una voz conocida (pero no identificable) llamaba a alguien. Ignoró por completo esas palabras. – ¡Hey! Te llamo a ti… ah… como se llamaba… ¡Hey! ¡¿Hi… Hinata?!

La joven de ojos blancos se sorprendió al escuchar su nombre. Probablemente fuese una coincidencia… ¿O no? Volteó para ver de quién se trataba, y allí encontró, corriendo detrás de sí, a un chico alto, de cabello castaño y ojos afilados. ¿Cómo se llamaba? Le costó un momento recordar su nombre, y con un poco de esfuerzo, su cara se formó en su mente y una frase acompañó a la imagen: Inuzuka Kiba.

El Inuzuka la alcanzó y luego comenzó a caminar con ella con las manos detrás de su nuca. Ella simplemente lo miraba con asombro, sólo se habían hablado una vez y él ya contaba de todo.

–Tengo una mascota, para ser específicos, un perro –decía, evitando el silencio –Es pequeño, y blanco. Con mi hermana mayor le pusimos Akamaru ¡Algún día deberías conocerlo! Es muy enérgico, juguetón… Mi hermana dice que es igual a mí, y que si pudiera hablar sería insoportable; ¿Vives por este sector?

–S-sí, unas cuadras más allá.

– ¡Ah! Entonces te dejo hasta tu casa, la mía también está cerca.

–Eh… ¿Eh? ¡I-ie! No te preocupes, puedo seguir sola.

–Sí, claro, no lo dudo, pero no te hará nada mal el estar acompañada.

–Hai. Demo-

–No seas así… ¿Qué hay de malo? No te estoy pidiendo matrimonio…

A Hinata, con ese comentario, la sangre se le fue a la cara. No era que el chico le incomodara, al contrario, se sentía bien escuchando los temas tan simples que encontraba para charlar. Pero no quería que viera su hogar.

– ¡Mira aquella casa! Es enorme, ¿no crees? ¡Cuánto desearía poder vivir en alguna así! Pero como vivo sólo con mi madre, no tenemos muchos ingresos y, je, bueno, vivimos en un pequeño departamento.

–Muchas gracias, Inuzuka-san, yo llego hasta aquí.

–Sí, de na… ¡¿Eh?! ¿T-t-tú vives aquí?

– H-hai… Bueno hasta mañana –La chica abrió rápidamente la cerca que separaba el patio delantero de la calle, para luego comenzar a correr hacia el gran edificio.

Inmediatamente subió por las interminables escaleras para llegar a su cuarto. Dejó su bolso sobre la cama y bajó a sala de estar, encontrándose con una hermosa melodía que inundaba la habitación. Allí estaba, de pie, un chico tal vez un año mayor, muy parecido a ella. Tenía el cabello castaño oscuro, largo, tomado por una coleta baja. Tenía los ojos semi cerrados, mirando concentradamente sus movimientos al pasar el arco sobre las cuerdas del violonchelo. Se sorprendió al verlo. Su primo, según lo que ella tenía entendido, estaba de viaje en Europa.

–Ne-Neji-nii-sama… ¿Qué haces aquí?

El ojiblanco dejó el “pequeño” instrumento (N/A: nótese la ironía XD) apoyado en una pared, y se acercó lentamente hacia su frágil prima. Le acarició el cabello y le besó la cabeza.

– ¿Esa es forma de saludar a un primo que no ves en años y te viene a visitar? ¿Dónde quedaron sus modales, Hinata-sama?

–Eh… ¿Ein? ¡Gomenasay! Es que me sorprendí… creí que estabas en España – (N/A: Sí, cambié que fuera en Estados Unidos, porque es tan… tan!! Uxxx mejor que sea en nuestra madre patria XD) Hinata estaba nerviosa. Nunca había estado un hombre tan cerca de ella, y menos haberla “besado”. Pero era su primo, y lo extrañaba demasiado. Necesitaba de hace tiempo alguien cercano, su padre era muy distante, y su hermana menor parecía decepcionada de ella. Sin pensarlo dos veces, lo abrazó y se dejó abrazar por alguien.

–La extrañé, Hinata-sama. Es increíble cómo pasa el tiempo, está más madura que antes.

–Ie… No sé si te comentaron, dejé la Etoku.

–Na-¡¿Nani?! –Se separó de ella, la tomo de los hombros, intentando que la chica le dijera que todo era una broma.

–Es que… Quería estar en el mismo instituto que Tenten-san –Mintió Hinata, no quería que su primo pensara que era superficial por cambiarse de aquel colegio, a ese colegio. –Me cambié al Konoha.

– ¿Tenten? Me suena conocido ese nombre… ¿La conozco?

–Hai, ¿recuerdas que cuando éramos pequeños, una señora nos venía a cuidar? –Esperó hasta que el ojiblanco asintiera –Pues bien, ella es la hija de esa señora, y cuando nos cuidaba, la traía y jugábamos juntos. Aun que, claro, después ella dejó de venir, pero yo seguía en contacto con ella.

Así, siguieron conversando, recordando las locuras que hacían cuando niños (N/A: Cosas como, Neji corriendo desnudo por toooda la casa, o Hinata maquillándolo… cosas así XD) y Neji le contó cómo eran las calles de Madrid. Y pensar que eran años en los que no se veían, pero seguían hablando como si sólo hubieran estado separados por horas, como si nunca hubiesen estado distantes. Hinata sentía que su primer día de clase había sido muy extraño, pero que terminaría mejor de lo que pensaba… Si ese fue un buen día, ¿cómo serán los siguientes?
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